miércoles, 25 de febrero de 2015

Cosas de niños

Queridas mamás, queridos papás. Recientemente he escrito sobre lo mucho que podemos aprender de nuestros hijos. Nos dan auténticas lecciones de vida cada día. Comparto con vosotros estas reflexiones.



COSAS DE NIÑOS

No hay mensaje más rotundo que el de los hechos y, si estos vienen de un crío, ni qué decir. Mi hija todavía no completa una frase en un mismo idioma, pero con una claridad meridiana se hace entender y, por ejemplo, cuando tiene ganas de ir a la calle, coge sus botitas del zapatero e intenta ponérselas (seguir leyendo)


martes, 24 de febrero de 2015

Baberos "trotones" y desechables: SÍ

No te lo pienses y ten para uso diario un buen surtido de baberos "trotones", de esos que por mucho que se llenen de zanahoria o tomate frito vas y los lavas y quedan como nuevos, y también baberos de usar y tirar, especialmente prácticos cuando sales fuera de casa y le das de comer al crío por ahí. Siempre quedarán las citas sociales importantes y las comilonas en casa de mamá o la suegra para que el peque luzca esos baberos de encaje y bordados que le regalan cuando nace.


Facilitando las cosas

Dos productos facilitan bastante el día a día de la mamá lactante. Uno de ellos es una cremita cuya base es la lanolina. Ayuda a mantener hidratado el pezón y lo protege de posibles heriditas que puedan producirse dada su intensa actividad. Hay varias marcas disponibles en el mercado. Consulta con tu matrona o médico/a de referencia cuál de ellas usar y cómo y cada cuánto aplicarla. A mí me  ha funcionado bastante bien. 

Para mantener una buena producción de leche, mi matrona me aconsejó desde el principio tomar infusiones de manzanilla y de hinojo. También hay preparados específicos para madres que dan el pecho, que he usado bastante y saben muy ricos. Se llaman algo así como "infusiones de lactancia". Me insistió en que me abstuviera de tomar infusiones de menta poleo y de salvia, pues ambas hierbas por lo visto cortan la leche.


sábado, 21 de febrero de 2015

Rutinas. Ventajas y riesgos

Está claro. Establecer rutinas diarias ayuda a los niños a coger "comba" de los días, los centra y regula, y a los padres les da "cierto control" sobre ese tiempo que se esfuma. Ambas partes, críos y papis y mamis, encuentran en las rutinas del día a día su punto de convergencia para llevar a cabo una convivencia funcional. Dada la importancia de las rutinas, es importante percatarse y prestar atención en dichas actividades habituales. 

Merece la pena que cada cual reflexione si los actos rutinarios son buenos para el vínculo padres-niños y padre-madre y, sobre todo, si se han establecido por pereza o dejadez, o por el contrario han sido activamente buscados. Antes de establecerlos como norma, debemos reparar en las consecuencias que trae consigo su puesta en marcha.

Así, puede resultar en principio funcional que, cuando el niño tenga ya una edad –añito y medio o dos-, aprovechemos la hora del baño y nos bañemos junto a ellos un día tras otro. Esto tiene el riesgo de que, cuando no podamos hacerlo, el niño no quiera bañarse sin compañía. 

Otro caso. Si cada vez que el niño se cae, le abrazamos y consolamos, cuando se caiga y se haga daño cuando no estemos nosotros, puede que le dé un mal rato al adulto con el que esté. Además, por supuesto, de que cada vez que sienta dolor lo identifique también como llamada de atención o como ocasión de miedo. 

Por eso, ojo con aquellos hábitos que establecemos en el día a día, porque puede que estemos haciendo un callo que genere comportamientos viciados y de ninguna manera deseados.

jueves, 19 de febrero de 2015

La importancia de un buen consejo dado a tiempo

Mamá. Es importantísimo tener una matrona o médico/a que te explique bien cómo dar el pecho. Si no te colocas bien el niño, puedes correr el riesgo de hacerte heridas que te obturen los conductos de las mamas y te impidan, por dolor, dar el pecho. La posición/postura es muy importante. Una matrona del hospital donde di a luz a mi hija me dio un consejo: "sea cual sea la postura que usted escoja, debe acercarse el bebé a usted, y no al contrario. Si no, a usted le va a doler la espalda y además el bebé no se va a enganchar bien".

Hay, por tanto, que girar su cuerpecillo hacia nosotras. Para eso, nos ayudaremos del cojín de lactancia o de un almohadón mullidito.

Acercaremos después la nariz del bebé al pezón, y nos aseguraremos de que entra tanto pezón en su boquita como sea posible. Si el pezón se queda en la parte delantera de su boca, puede doler por el roce con el paladar duro y además, el bebé no recibirá suficiente leche.

Práctica y económica

La ropa de premamá es especial e injustificadamente cara. Una opción, si no quieres gastarte el sueldo del mes en tres pantalones con banda elástica y cuatro camisolas con pinzas en la tripa, es la opción leggings adaptados de premamá y camisetas y jerseys una talla más de la que usas normalmente.

Si vives en algún lugar frío donde en invierno se precisa ropa de alta montaña, usa como abrigo el anorak de tu chico, de tu hermano mayor, etc. No merece la pena comprar prendas tan caras a propósito. 

Atenciones, que no antojos

Lo que una futura mamá agradece por encima de todo es sentirse querida y mimada. Por tanto, futuros papás, el antojo que las mamás tienen por encima de todas las rarezas y las excentricidades en gustos y sabores que se pueden dar durante el embarazo, es el de vuestro cariño. Algo tan sencillo como un abrazo recibido de improviso, un beso apasionado, un piropo que quite el hipo, ayuda a las mamis a no olvidar que también son mujeres deseadas por sus maridos y parejas.


Cubo para pañales bueno: SÍ

Compensa gastarse un poco más y comprar un cubo buenecico para los pañales y que no deje salir la peste de los pañales usados que contiene, que otros más baratos pero que te obligan a bajar a diario al contenedor los pañales sucios. Se gana en calidad de vida.


¡Malditos ardores!

Recuerdo algunos días del embarazo en los que los ardores de estómago eran ciertamente intensos. Probé -y acerté- con los siguientes remedios que había leído en libros y revistas:

  • Tomar almendras o avellanas, acompañadas de un vaso de leche fresquita.
  • Beber un vasito de agua con gas.
  • Hacer comidas de poca cantidad. En especial, las cenas deben ser muy suaves.
  • Evitar echarse la siesta tumbada; mejor semi-incorporada.
  • Evitar el tomate, el zumo de naranja, la pimienta y el chocolate cuando los ardores sean más intensos.

Volando voy, volando vengo


Coger un avión no tiene por qué suponer un impedimento para la mujer embarazada. Salvo que una de normal lo pase mal en el avión, o que el embarazo sea catalogado como de riesgo, no tiene por qué pasar nada. Yo he viajado sin problemas durante el primer y segundo trimestre de ambos embarazos. Es aconsejable, eso sí, pedir asiento de pasillo, por eso de que una está continuamente yendo al baño a orinar.


Sí es cierto que, a partir de la semana 27, las compañías aéreas suelen pedir a las viajeras embarazadas que presenten un certificado médico. Cada compañía tiene unas normas al respecto, por lo que lo mejor es consultarlas antes de comprar el billete. Y comentárselo, por supuesto, también al médico/a o matrona que esté llevando el seguimiento del embarazo. Su opinión y valoración al respecto resulta fundamental.




¡A la pelu!

¡Claro que se puede ir a la pelu pa'cortarse el pelo y peinarse! Otra cosa es echarse tintes. Es desaconsejado. Al parecer, sí están permitidos los naturales. Yo no me he echado ninguno, natural o no, durante mis embarazos.

Estamos embarazadas. ¡Simplemente eso!

Es decir, que podemos salir a caminar, hacer deporte, montar en bici, tener relaciones sexuales y hasta pintar la casa, si queremos -eso sí, con pintura sin disolvente, de esa que se va con agua-. No estamos ni enfermas ni poseídas por manías extrañas ni somos extraterrestres. Esperar un bebé es lo más natural del mundo.

Evitar estrías

Es bastante eficaz para evitar estrías masajearse desde el principio la tripa, caderas y pecho con aceite justo después de la ducha/baño cuando la piel aún está mojada. Óptimo es hacerse un peeling durante la ducha, para que durante el masaje el aceite penetre mejor en la piel. Respecto a tipos de aceite, depende del tipo de piel y de los gustos aromáticos de cada cual. Yo he estado usando un aceite que contiene jojoba y rosa mosqueta. A mí me ha funcionado muy bien en los dos embarazos. Apenas me han quedado estrías.

En cualquier caso, consultadlo con la matrona o médico/a que esté llevando vuestro embarazo.

Cabecita loca

He tenido la suerte de no padecer demasiados dolores de cabeza durante los embarazos. Pero, cuando los tuve, me solía calmar bastante tumbarme en posición horizontal sobre la cama y ponerme en la nuca un cojincito de huesos de cereza o semillas –al menos, aquí en Berlín es bastante común y se encuentra fácilmente en cualquier droguería- previamente calentado en el microondas.

Los baños de agua caliente me relajan un montón, así que me fueron de gran utilidad cuando el dolor de cabeza venía después de un día de mucha actividad o estrés. Eso de que el chorro de la ducha caiga sobre la cabeza y sobre la cara es un masaje impagable. 

Por supuesto, queda como último recurso tomarse un "paracetamol" como medio para calmar el dolor de cabeza. No obstante, consultad con vuestra matrona o médico/a qué hacer al respecto, en especial si estas molestias se convierten en algo frecuente. 

Cuando todo da asco

Mi segundo embarazo comenzó con unas náuseas muy intensas que se extendían durante prácticamente todo el día. Nunca llegaba a vomitar, pero tener continuamente la sensación de cuerpo revuelto era muy desagradable. 

Cualquier olor fuerte era mal recibido. Ni decir que era la primera de la casa en saber si algo se estaba echando a perder en el frigo, si mi hija se había hecho caca o si era hora de bajar la basura al contenedor. Pasar junto a un puesto de kebab o salchichas o entrar mismamente a una carnicería o una pescadería, me provocaba unas arcadas terribles. 

Consulté en libros pediátricos y en ellos defendían que era un malestar normal durante el primer trimestre del embarazo, que el cuerpo necesita acostumbrarse a su nuevo estado. Pero, claro, como en mi primer embarazo estuve estupenda de inicio a fin, en esta nueva situación me sentía rara, rarísima.

En libros y revistas leí diferentes consejos para aplacar esta incomodísima sensación. De todos, a mí me ha funcionado tomar infusiones de manzanilla y de hinojo. De higos a brevas me tomaba alguna infusión de jengibre, de las que, por cierto, no conviene abusar durante el embarazo, porque el jengibre acelera las contracciones. Acompañando a las infusiones, me tomaba bien a gusto una tostada de aceite con un pelín de sal. En cualquier caso, consultadlo con la matrona o médico/a que esté haciendo el seguimiento de vuestro embarazo.

También resultó ser buen remedio tener en la mesita de noche un botellín de agua y unas galletillas saladas o frutos secos. Al despertarse, nada de levantarse inmediatamente. Más bien, me iba incorporando poco a poco, me recostaba en la cama, tomaba algunas galletillas y daba traguitos de agua. Así el cuerpo se me iba entonando.

Muy importante para evitar que un olor se quede estancado en una habitación es tenerla bien ventilada.