domingo, 23 de abril de 2017

"Érase una vez..." a la hora de ir a la bañera

Además de para darle otro aire a la decoración del baño, las pegatinas para azulejos pueden dar mucho juego y ayudarte a salir de más de un apuro. 

Hay de muchos tipos: de animales de granja, de la selva, mascotas, tipos de flores, insectos, medios de transporte, motivos playeros... 

                                                                          ©María Ortiz


En nuestro caso se trata de animales que viven en el mar y me echan más de una mano, sobre todo, cuando los peques están perezosos a la hora de ir a la bañera, cuando están tan centrados en sus asuntos que lo de ponerse a remojo no entra, para nada, en sus planes. 

Una manera que he encontrado de hacer ameno el "al agua patos" en esos días en los que hallo grandes resistencias, es inventándome historias a cuenta de las pegatinas. Yo voy armando el relato y sus protagonistas son aquellos animalitos que me van sugiriendo los niños, que también opinan sobre otras cuestiones. 

Pongo como ejemplo el arranque de uno de los cuentecillos del baño de ayer:

"Érase una vez un ... (y le pregunté a los niños por el animal que querían como protagonista de la historia, y eligieron la tortuga)... una tortuga, que era (los niños tenían entonces que elegir la profesión de la tortuga; la hicieron panadera)... panadera. Una mañana entró en la panadería (ahora debían incorporar otro personaje; le tocó el turno al pez globo)... el pez globo. Era el cumpleaños de su hermano y quería una tarta para la fiesta (le pregunté a los niños que de qué era la tarta; decidieron que quería un bizcocho de limón). O sea, que la tortuga tenía que preparar un rico bizcocho de limón para el cumple del hermano del pez globo...". 

Y así fui componiendo la historia.

Un truco creativo que, espero, te funcione. 

miércoles, 12 de abril de 2017

¡No te cortes!

¿Que estás en un país donde se habla un idioma diferente al tuyo? ¿Que el padre o la madre de tu hijo/a no se expresa en la misma lengua que tú y los de tu entorno? ¿Que tu hijo/a creció en un sitio donde hay un idioma que no es el que se usa en vuestro actual lugar de residencia? Las circunstancias son múltiples, pero el miedo y el reparo a sentirse como un bicho raro puede darse con igual intensidad en todas estas situaciones.

Tal vez estas tres pautas puedan hacerte más fácil hablar en público otro idioma distinto al de la mayoría:
  • Hazle saber a amigos, allegados y familiares que tú hablas otro idioma con tu hijo/a.
  • Haz pedagogía con los demás y explícales lo importante que es ser persistente con el idioma.
  • Convéncete de que comentarios prejuiciosos son los menos. Cada vez hay más gente acostumbrada a escuchar niños hablando otro idioma. 
¡Y no te cortes!


Fuente: Naomi Steiner, M.D., with Susan L. Hayes, "7 Steps to Raising a bilingual child".
AMACOM. 2009.