Cuando aprieta el calor, tengo siempre en la nevera boles con fruta partida y los saco a lo largo del día para que los peques -y no tan peques- piquen/piquemos. Parto sandía y melón en cuadraditos. También corto en tiras el pimiento y el pepino.
Si nos vamos a un parque infantil, meto las frutas en táperes y lo guardo todo en una bolsa que mantiene el frío, junto a enfriadores que mantengo de normal en el congelador. Así, al comer la fruta, está fresquita y se convierte en un aperitivo que apetece en cualquier momento. Lo ideal sería portarla en una nevera, rígida o de tela, pero la bolsa se puede acomodar con facilidad en cualquier mochila y en el carrito de bebé/silla infantil de paseo.
©María Ortiz |
También suelo llevar fresas o fresones en su correspondiente táper. Les doy unos buenos lavados, les quito el rabito verde y procuro dejar las unidades completas, porque, si se trocean, sueltan mucho jugo, que puede derramarse y mojarlo todo.
Las tortas secas de maíz combinan bien con la fruta fresca y, como a los peques les resultan fáciles de agarrar, también son una buena opción como algo para picar cuando estamos fuera de casa.
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